Hay cosas que hacemos simplemente por placer.
Cada vez que tengo la mente enredada salgo a dar una vuelta caminando o en bici. Cuando voy a pedirle la bici a mi papá me gusta entrar y que todos me saluden. Y ahí mi papá viene y me hace sentir como que soy "su nena" al frente de todos y me dice "bueno Luli, (porque ese es mi apodo desde chiquita) cuidate" y me voy victoriosa. Le bajo un poquito el asiento y me voy andando y haciéndome la que sé con cuál voy mejor empiezo a tocar los cositos de los cambios de la bici. Empiezo a andar mas fuerte cuando llego a la ruta y siempre voy mirando las personas que salen a caminar por la ciclovía. De vez en cuando veo a alguien conocido y lo saludo con la mano... Me encanta saludar a las personas. Casi siempre digo "hola, ¿cómo andas?" y la gente me dice: "bien bien, ¿y vos?" y yo les digo: "todo bien"; y ahí es cuando me malinterpretan y piensan que en vez de una afirmación lo que estoy haciendo es una pregunta, y me vuelven a decir: "bien". Sigo andando y después de varios pasos (o pedaleadas) me doy cuenta de que tengo una sonrisa estúpida en mi cara. La sonrisa estúpida que hago cuando saludo a las personas con las cuales me gustaría seguir charlando, o las que aparecen cada vez que voy caminando sola por la vida y me acuerdo de algo. ¿Qué pensará la gente que me ve? No me importa si dicen que soy ridícula, pero a lo mejor creen que estoy feliz o algo por el estilo y a lo mejor eso les gusta. Porque a mi sí me gusta. Me pone feliz ver y escuchar una conversación de dos nenitos que planean ser astronautas, o cuando dos chicos van de la mano y se miran con amor, o ver en un bar sentados a una familia riéndose. Que se yo. Para mi que la alegría se contagia. Volviendo al tema, doblo después en la ruta que desvía y va a parar a la otra entrada de Oliva de la ruta 9, y siempre pero siempre voy mirando los ¿cuises? o no sé cómo se les dice en plural que se vuelven locos cuando paso cerquita y se meten en sus cuevas. Cerca de la mitad de esa súper vuelta freno. Respiro un poco porque estoy cansada y empiezo a mirar para todos lados. Y ahí aparece mi faceta de cineasta. Imagino las escenas que podría filmar justo en esa partecita donde siempre freno con la bici. Todo alrededor esta como equilibrado... Tiene que ser en un día lindo. Después obvio hay que anexar las otras partes que son filmadas en otros lugares. Pero otros lugares que descubro así, de la misma manera, como que vas caminando normalmente hasta que frenas porque algo te hace frenar. Y miro filosoficamente todo e instantáneamente idealizo al personaje que aparece ahí. Lo único que nunca hice fue armar los diálogos... Como que lo que siempre imagino son escenas en silencio (necesitaría a alguien que le interese armar temas de conversación, gracias!). Hasta que me doy cuenta que estoy parada como una estúpida y esta vez sin sonrisa estúpida pero sí con cara de estúpida con una bicicleta al lado mío. En medio de la nada. Por ahí pasaron varios autos o camiones y yo ni. Y otras veces me pasa que cuando termino de ver una película sigo con las escenas en mi mente, o salgo de mi casa hablando en ingles, o me siento como algún personaje que me haya gustado y siento adentro de mi cuerpo que hay algo que me va a pasar. Ahora es el momento en dónde freno, leo lo que escribo y me doy cuenta de la vergüenza que paso sacando estos temas que me pasan a la luz. Pero interesantemente las ganas de escribir me aparecen como cuando me aparece alguna idea para filmar algo, así de la nada, hasta con cierto grado de impulsividad (no sé si esta palabra existe). Que se me ocurre y me dan ganas de salir corriendo para mi casa para sentarme a escribir. A veces puedo hacerlo, a veces no, y no me queda otra que escribirlo en el celular... Si alguna vez alguien lee mis notas va a pensar que fumo algo.
Me pasa eso de la "impulsividad" con varias cosas. Hay momentos en donde me dan ganas de irme a estudiar biología marina y vivir en el sur y estoy tan convencida que lo siento en todo el cuerpo. Hay momentos en donde me dan ganas de irme a Córdoba para hacer algo. Hay momentos en donde me gustaría estar con alguien. Y después hay momentos en donde todos estos momentos sólo son momentos. Y punto, salgo a andar en bici, veo una película, corro con Malena que llena a todo el mundo de babas, visito a mi tía Andrea, leo un libro. Nada más. Todo se calma. Pero me queda la sensación del impulso que fue fuerte.
En fin, estaba escribiendo la parte XIX (en qué momento se hizo tan largo????) de A love story y me enredé con este textito en la mente. ¿Seran las eternas vacaciones que estoy teniendo? Estoy haciendo catarsis all the time. Mejor me voy, hay gente que me esta exigiendo repuestas y más concentración en una historia que en mi.
Au revoir
Puedo ser yo la que escriba tales conversaciones? y la que te ayude a que eso sea una escena de pelicula en serio? Puedo? Puedo?
ResponderEliminarMe sorprende lo parecidisimas que somos. Porque, excusando la parte en la que salis en bici por Oliva que es a mi lo que yo hago todas las noches antes de dormirme (pensar escenas y escenas de películas que me gustaria protagonizar, que me gustaria dirigir...[como crees que empece a escribir Grace&Vince?]), el resto somos tal cual. Y lo sabes. Las dos lo sabemos. Y amo que seamos asi de parecidas, a eso tambien lo sabes jajaja. En fin, como tambien te lo dije en twitter, creo conocerte tanto que hasta te imaginaba saludando y sonriendo, incluso antes de que lo escribieras......
Te ama,
tu Valerie <3