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jueves, 28 de marzo de 2013

El dilema del "¿cómo andas?"

Pasas andando en bici por la avenida
volves de pelearte con tu novio
en la vereda está la tía de un amigo barriendo
siempre fue muy simpática.
Levantas la cabeza y escondes las lágrimas
ella deja de barrer
"Hola Luisa" le decís
"Hola Male, ¿cómo andas?" te pregunta
"Bien bien, todo bien" respondes.
¿Bien bien, todo bien?
"¿Cómo está Usted?" decís, para no quedar mal
"Bien, acá estamos, limpiando un poco" escuchas
"Y, no nos queda otra, me alegro igual" replicas
¿No nos queda otra?
¿De verdad te alegras? No se te nota.

Esa estúpida voz interior que nos altera la conciencia. ¡¡¡Pero tiene tanta razón!!!

Por lo general no hay saludo que no venga con un "¿cómo andas?" o un "¿todo bien?" anexado. Pero aunque nos estén pasando veintiocho mil cosas por dentro, sonreímos y decimos: "bien, por suerte". ¿Cuántas veces preguntaste y alguien te dijo "mal"? A mi que no me jodan, no me pasó nunca. ¿Será porque andamos muy apurados y sin tiempo para frenar y contarle a esa persona como nos sentimos? ¿O tal vez será el pensar que nadie tiene ganas de escucharnos?
En realidad las causas pueden ser varias... Pero la próxima vez que tengas que responder, pensalo.

2 comentarios:

  1. Jajaja, totalmente. O que te digan: "En realidad, ahora que lo preguntás, el otro día estuve por abrirme las venas con un alfiler".
    Hola, Rocío! Te quiero invitar a participar de un nuevo sitio para escritores. Me podés contactar por mi blog o mandame un mail a agus.seeber@ideary.co, así te cuento de qué se trata.
    Te mando un beso,
    Agus

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    Respuestas
    1. Hola, Rocío!!! Muchas gracias por darte una vuelta por mi blog. Te dejo otro mail así hablamos por ahí: agustinaseeber@gmail.com Besotessss!!!!

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