La noche era más cálida de lo normal.
El pub de la playa era perfecto. La entrada delimitada por una hilera de cañas colocadas verticalmente invitaba a cualquiera que anduviese por ahí a entrar sin dudar. Era pequeño por dentro, apenas unas cinco mesas desparramadas y una barra iluminada por completo amoblaban el salón, pero la gente y la excelencia en gustos decorativos de los dueños le otorgaban esa imagen tan hogareña que parecía generarse en cada persona que contemplara el lugar. Siguiendo un pequeño pasillo estaban los baños, y al final se llegaba al patio que daba con la playa y el mar. Eso sí que era perfecto. La gente andaba por todos lados, había muchas personas bailando y otras tantas esperando los tragos de la barra. De la mano, Anna y Lucas caminaron hacia la fila mientras conversaban sobre qué elegir. Lucas se animó a probar el trago tropical "de la casa", pero Anna optó por el clásico Mojito Cubano. Clásica. Ya que estaba en otro lado, ¿por qué no probaba algo nuevo? Si yo hubiese estado en Brasil elegiría algo raro, porque si no es lo mis... STOP. A fin de cuentas, ¿qué importaba cual era el trago? Estaba en Brasil con Lucas, ambos solos en un lugar hermoso, disfrutando de la generosidad de la vida por presentarles esta oportunidad increíble. Apenas podía salir de su realismo mágico perfumado, en dónde la persona que más quería compartía todo con ella como nunca antes, sin nada que pudiera succionar esa nube de perfeccionisGONZALO.
- Anni, ¿qué pasa?
Es increíble la transparencia de Anna al sentirse mal por algo.
- ¿Ah? No, nada. Es que me acordé de algo justo.
- Ah, ¿algo que debería preocuparme?
No te das una idea...
- No Lu, ¡no es nada!
- Ah bueno, mejor así. ¿Vamos a bailar?
¿A bailar? Nada era más divertido que eso. Sobre todo remarcando las cualidades de los dos para hacerlo... Uno peor que el otro. Aunque se podría decir que complementados podrían llegar a ser como una persona normal que sabe moverse por lo menos un poco bien. Además hacía mucho que no lo hacían... ¿Mucho? ¡Muchísimo! Creo que la última vez fue cuando compartieron la primer salida juntos. Cuando lo único que hacían era sonrojarse cada vez que se cruzaban. Cuando decir "hola" era lo más complicado del mundo. Cuando el contacto de sus ojos no llegaba a durar una milésima de segundo porque sonreían instantáneamente, como dos tontos enamorados. Cuando eran chicos. Cuando él gustaba de ella y ella gustaba de él. Cuando ella escribía en su diario íntimo todo lo que sentía, todo lo que pasaba, todo lo genial que había sido aquel recreo en donde habían conversado sobre el sistema de doblaje de un papel para que haga ruido al desdoblarlo de un tirón. Cuando "por arte de magia" todos a su alrededor se habían esfumado para que queden los dos solos en la pileta del club. Cuando escuchar "Lucas" o "Anna" provocaba un vuelco al corazón irremediable.
No se cansaron, y terminaron saliendo al patio del calor. En total fueron 12 vasos los que tomaron esa noche entre los dos. En los últimos ya habían dejado de bailar porque aumentaba el mareo, así que se fueron a sentar a la playa. Después de un largo silencio, Anna y su actividad de garabatear en la arena con una ramita fue interrumpida por la voz áspera y seria de Lucas:
- ¿Y ahora que va a pasar?
Anna lo miró a los ojos. Su rostro estaba tenso, y tenía la mirada fija en el mar.
- ¿Qué va a pasar con qué?
- Con nosotros.
Y bueno, no sé. Podríamos quedarnos a vivir acá para siempre juntos, ¿qué te parece?
- ¿Con nosotros?
- ¡Dejá de responderme con mi misma pregunta!
- Bueno, perdón Lu. Es que... No sé qué decirte.
- ¿Pero vos qué sentís?
¿Que siento? Siento que aunque Gonzalo sea perfecto, con un simple "Anni" tuyo soy capaz de olvidarme de todo.
- ¿Qué intentas decirme con todo esto? Vos ya sabes lo que siento. No hace falta que te lo diga. En todo caso... Sos vos el signo de interrogación en todo esto.
- Bueno, pero vos ya sabes que es lo que me pasa.
Y eso es cierto. Nunca Anna va a poder pelear con eso. ¿Por qué cuestionarlo? Cada uno es como es. Ella también tiene millones de defectos. El único problema tal vez sea ser tan vulnerable culpa de lo que siente. Y lo que siente tal vez sea más fuerte de lo que piensa. Por que a lo mejor ya está, ya lo eligió, de tal manera que a pesar de odiarlo a veces lo único que desea con todo su corazón es tenerlo para siempre.
- Está bien, tenes razón Lu. ¿Te molesta que cambie de tema para terminar esta noche de la mejor manera posible?
- Es lo más inteligente que te escuché decir en la vida.
Se tiró arriba de él para besarlo. Se olvido del mundo. En ese momento lo único que importaba era que, esa misma noche, con el mar a 2 metros de distancia, las estrellas bailando y la luna encendida, el amor existía. Como en otras 27 partes del mundo. Se volvieron cantando canciones de la iglesia y riendo sin parar.
Anna se despertó con el grito de Martín. Alguien la estaba esperando en la recepción del hotel.
TO BE CONTINUED
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