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martes, 2 de agosto de 2011

A love story PARTE IV

- ¡No no! ¡Espera! Nada que ver... Si sabes que Juliana me busco varias veces y nunca estuve por vos y porque no la quiero ni ver, ¡estás loca!
- Lucas, no me mientas, ya que estamos acá los dos lo hablemos de una vez.
- ¡Es que no tengo nada para decirte que no sea verdad! ¡En serio Anni! Ya te expliqué todo. Es lo que siento. ¿Y es muy feo sabes? Porque no es justo que vos estés todo el tiempo queriendo estar conmigo y yo intentar esquivar tus propuestas por estar raro. Necesito que me dejes respirar un poco, quiero un tiempo para pensar ¿si?, y quiero que me digas lo que opinas, no me importa si querés hecharme u otra cosa. De verdad.
Ok. Con que es eso. ¡Te odio! ¿Porque me haces esto? Ohhh tengo ganas no solamente de que te vayas ya, ¡sino de hacerlo por la fuerza pegándote fuerte para que salgas volando! Y que ni se te ocurra después andar pidiéndome perdón ni nada, ¡porque nunca más vuelvo con vos nene! 
- Ah, bueno... Está bien Lu, te entiendo. Te juro que yo nunca me di cuenta de que era tan así, que se yo... Lo que pasa es que siempre tengo miedo, viste, sos mas grande, tus amigas son re celosas y nunca se si me odian o quieren. Simplemente eso... Pero bueno, pensalo, yo te espero ¿ah? ¡Quedate tranquilo!
- ¡Me hace muy bien escucharte decir eso Anni! Perdoname, es que no se que más hacer, realmente lo necesito. Te prometo que todo va a pasar y vamos a estar mejor que antes.
¿Te acordas que ya me lo dijiste una vez a esto? Haces siempre lo mismo, ¡me enferma! Oh, ¡te odio!
- Si, esta bien... Yo quiero ayudarte también.
- Siempre me ayudas en todo, deja que a esto lo voy a hacer sólo, en serio. Sos demasiado buena Anni. Me voy a práctica, ¡te veo mañana en el cole!
- Chau Lu, llamá.. digo... ¡Nada!
- ¿Qué? ¿Dijiste algo? Gritó desde la puerta.
- No no, ¡nada! Nos vemos.
PUM. Lucas se fue. Anna miró por la ventana como cruzaba ya la calle en dirección al club. No podía ser, ¡estaba pasando! Era como la película que había visto en el canal 43 la semana pasada... La chica sufre en silencio por su novio que decide abandonarla momentaneamente, sin ninguna razón concreta... ¡Oh! ¡La crueldad de sufrir por amor! ¿Que ha de hacer ahora la desamparada muchacha? ¿Correr a la heladera para terminar el pote de helado mientras llora condenadamente escuchando a Regina Specktor en su cuarto? ¿Hacer duelo durante tres días? ¿Pelear con mamá para que la deje hacer terapia? O simplemente... ¡Armar un plan de venganza en donde Lucas sufra! Já, excelente idea, ahora que lo pensaba... Pero no. La solución no está en ninguno de esos comportamientos. Para empezar, Anna era una niña inteligente, capaz de soportar una "pérdida" de este tipo y disimular las ganas de mirarlo a los ojos cada vez que se lo encontraba. Lo que pasaba era que estaba realmente dolida, ¡y a la vez se sentía muy estúpida! Es decir, ¿porque no había podido decirle a Lucas todo lo que pensaba? Siempre tenía que terminar siendo ella la floja, y así no era.
06.45 am. Anna abrió sus ojos llenos de lagañas tal vez por haber llorado dormida, o despierta, o mientras soñaba. Tomó el café con leche de todas las mañanas y caminó hacia el colegio. Iba a ser un día largo. . .

TO BE CONTINUED  

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