Tu tu tu. Llamada terminada.
Hacía desde ayer que le venía pasando. O eran los chicos que lo molestaban, o, en el peor de los casos, Anna, que tal vez se sentía muy mal y lo extrañaba. En ese caso (reiteramos, el peor) ¿ahora qué hacía? Habían pasado ya dos semanas aproximadamente y no le había ni siquiera movido el piso verla el sábado a pesar de su hermoso vestido floreado. No se imagino para nada esa situación, al contrario, la idea de este "tiempo" era justamente aclarar sus dudas momentáneas y disfrutar de la vuelta con Anna, pero por ahora el resultado no estaba siendo el esperado.
Mientras tanto, pasemos al tema que realmente importa: Anna. (N. de la Escritora: es el tema que realmente importa porque suponemos su malestar sentimental tras dos semanas sin "su" Luqui, por ende, se corresponde un mayor grado de atención a ella, la triste y abandonada Anni) Para sorpresa de los lectores a quién me dirijo, (incluyendo la mía también) no nos encontramos con lo que imaginamos...
- ¿Mari?
- Sí, ¿quién habla?
- Soy yo tonta, Anna. ¿Tan rara es mi voz?
- ¡Annita! No, me parece que lo que pasa es que hace mucho que no me llamás vos, tendrías que tener mas consideración por tu prima, ¿no te parece? ¿Qué haces? Te extraño loca, no sabés lo pesada que esta la facu.
- ¡No me digas! ¿Pero de qué te quejás vos? ¡Si siempre te va bien! La semana pasada hable con tu mamá y me dijo que estabas entrando en depresión por un parcial, y cuando te dieron la nota estaba escrito un nueve. ¡Animal! Sos exagerada jajaja.
- Bueno bueno bueno, ¡no hablemos entonces! Decime primu, ¿para que me llamaste?
- Mm no sé, tengo ganas de gastarle plata a mis papás para que después me reten y este finde no me dejen salir, por eso hablo como una tarada durante media hora con mi prima.
- Que raro vos y tus sarcasmos, ¿tus amigos siguen con eso? En tu cumple me habían hartado, me acuerdo que cuando me volví para acá estuve toda la semana haciéndolos.
- Ah sí, los chicos son así... Cuando algo se les pega, ¡son insoportables!
- Decímelo ami... Che, ¿y tu boyfriend?
- Pff, justamente de eso te quería hablar. ¡No sabes lo que pasó!
- ¡Contameeeeeeeeeeeeee!
- No no, sabes muy bien que detesto hablar por teléfono. ¿Cuándo te venís?
- ¿Qué día es hoy?
- Oy nena, ¡que perdida! Martes. Odio los martes.
- Cierto, yo también. Mm, el jueves a la tardecita salgo de acá. ¿Te parecen unos mates el viernes a la tarde?
- Genial, voy para tu casa porque hace mucho que no veo a la tía.
- Dale, te espero. Te dejo porque llegó Luna, ¡chau primu! Besos.
- Chau loca, mandale saludo a Lu... Nos vemos el viernes.
Bueno, ahora, ¿qué seguía? Ah, sí. La explicación. La peor parte. Horrible. No me gusta. Pero esto si se merece una explicación. Acá va:
¡Cómo lo sospechaba! Ahora si entendemos que pasa. Pero... Anna, ¿dos semanas no es demasiado pronto?
- ¿Mari?
- Sí, ¿quién habla?
- Soy yo tonta, Anna. ¿Tan rara es mi voz?
- ¡Annita! No, me parece que lo que pasa es que hace mucho que no me llamás vos, tendrías que tener mas consideración por tu prima, ¿no te parece? ¿Qué haces? Te extraño loca, no sabés lo pesada que esta la facu.
- ¡No me digas! ¿Pero de qué te quejás vos? ¡Si siempre te va bien! La semana pasada hable con tu mamá y me dijo que estabas entrando en depresión por un parcial, y cuando te dieron la nota estaba escrito un nueve. ¡Animal! Sos exagerada jajaja.
- Bueno bueno bueno, ¡no hablemos entonces! Decime primu, ¿para que me llamaste?
- Mm no sé, tengo ganas de gastarle plata a mis papás para que después me reten y este finde no me dejen salir, por eso hablo como una tarada durante media hora con mi prima.
- Que raro vos y tus sarcasmos, ¿tus amigos siguen con eso? En tu cumple me habían hartado, me acuerdo que cuando me volví para acá estuve toda la semana haciéndolos.
- Ah sí, los chicos son así... Cuando algo se les pega, ¡son insoportables!
- Decímelo ami... Che, ¿y tu boyfriend?
- Pff, justamente de eso te quería hablar. ¡No sabes lo que pasó!
- ¡Contameeeeeeeeeeeeee!
- No no, sabes muy bien que detesto hablar por teléfono. ¿Cuándo te venís?
- ¿Qué día es hoy?
- Oy nena, ¡que perdida! Martes. Odio los martes.
- Cierto, yo también. Mm, el jueves a la tardecita salgo de acá. ¿Te parecen unos mates el viernes a la tarde?
- Genial, voy para tu casa porque hace mucho que no veo a la tía.
- Dale, te espero. Te dejo porque llegó Luna, ¡chau primu! Besos.
- Chau loca, mandale saludo a Lu... Nos vemos el viernes.
Bueno, ahora, ¿qué seguía? Ah, sí. La explicación. La peor parte. Horrible. No me gusta. Pero esto si se merece una explicación. Acá va:
¡Cómo lo sospechaba! Ahora si entendemos que pasa. Pero... Anna, ¿dos semanas no es demasiado pronto?
TO BE CONTINUED
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