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domingo, 5 de febrero de 2017

arROJAda casualidad

Me desperté y me dieron ganas de tomar unos mates. Se le cayó a mi mamá el mate que usábamos y era de vidrio, así que se quebró y pierde. Que bajón.
Busco en la alacena el rojito que una vez me regaló el hermano de una amiga porque venía en una promo de puchos, y lo jodí para que me lo consiga. Lo tengo de reserva para cuando invito a mis amigas, porque hay algunas que gustan mucho del mate dulce, y eso termina siempre en guerra.
La bombilla estaba chota, así que buscando una en el cajón me acuerdo de que para el cumple de mi vieja una mujer le regaló un mate de cerámica, que lo usamos como adorno porque tiene un dibujito bonito, pero la bombilla que lo acompaña está 0 km. Es roja.
Siempre compramos la Rosamonte, o la Playadito; aunque en su momento nos deleitamos mucho con la Jactancia, una yerba orgánica que es buenísima. Se ve que no consiguió ninguna mi vieja, así que la que está es la Amanda: inusual en casa, pero igualmente rica. Así que venga.
Pongo la pava, prendo un sahumerio con los fósforos; es la estrategia que usamos con mi mamá para que mi viejo no se lleve siempre los encendedores por equivocación y tengamos que inventar carreras de papeles encendidos desde el termotanque hasta la cocina.
Hay un sol hermoso, y la mañana siempre me resulta uno de los mejores momentos del día. Antes de levantarme leí una noticia donde lo mencionaban a un escritor cordobés que me sonaba, y, en efecto, en mi biblioteca encontré un libro de él. Regalo de la tía Andrea allá por diciembre de 2010, según mis registros de pertenencia que religiosamente aplico en la segunda página de toooodos mis libros. Qué recuerdos, estaba buena la historia, es una novela bien flashera... Vamos a pispear un par de capítulos. Si está tan linda la mañana, no hay mejor lugar para leer que el patio.
Preparé la reposera, y recién cuando volví a entrar para pasar el agua de la pava eléctrica al termo me di cuenta de todo.
El termo es rojo. Las reposeras que tenemos en el patio, también. Me reí unos minutos antes cuando tiré la yerba al mate y quedaba bien combinado con la bombilla roja.
El libro de Pinus es rojo.
La cajita de Tres Patitos desde que tengo memoria es roja.
Busco con los ojos el paquete de yerba Amanda... Rojo también.
Me empecé a reir sola, apareció mi mamá en la cocina y no entendía por qué. Me fui al patio y armé una escena magnificamente roja para hacer una foto. Madre seguía sin comprender...
Salió esto. Fue casual. ¿Casualidad?


viernes, 3 de febrero de 2017

Los momentos

Momento 1: llego y aprendo que si estoy sola en el mundo las cosas ocurren si y sólo si me muevo yo. Entonces preguntarle a alguien una dirección, o buscar en internet por dónde caminar en una ciudad extraña comienzan a ser recursos, te diré, de supervivencia. Reemplazo mi conocimiento sobre la palabra ASOMBRO para otorgarle un sentido mucho más profundo. Momentáneamente tenía la sensación de que era un poquito más grande y de que, quizás, era capaz de cosas que no tenía idea que podría llegar a hacer.
(05/01/2016 – 7:37 am – Terminal en Florianópolis. Había llegado tipo 5 am y ya me había hartado de esperar a que “alguien” me venga a buscar)

(‎5 ‎de ‎enero ‎de ‎2016, ‏‎12:14:12 p. m. – después de ducharme y sacarme 36 hs de colectivo de encima, salí a recorrer. Sin brújula, sin tiempo, sin agenda, inspirada por el Google Maps que vi una sola vez antes de salir y luego dejé que el viento me guíe. Obvio, la primer parada debía ser el mar)


(‎5 ‎de ‎enero ‎de ‎2016, ‏‎1:44:10 p. m. – Llegué al centro, anda a saber cómo. Pero estaba chocha por mis logros jajajaja. Primer desafío: preguntar en la calle y a la gente, superado)

Momento 2: existe gente alrededor que dependiendo nuestra situación se convierte en sujetos prescindibles o imprescindibles. Si estoy sola y debo hacer algo en conjunto, ¿cómo no entregarles una cuota de confianza a estos sujetos? Confirmo mis sospechas acerca de mi enorme gusto para hacer sociales, quizás se trata de una materia que los genes maternos le enseñaron a los míos durante los 9 meses en los que estuve adentro de la panza de la Silvia. Gracias por eso, ma. Hablamos el mismo idioma, qué bueno, sin embargo tenemos millones de significados distintos. Me propongo lo siguiente: aprender el idioma de los sinónimos latinoamericanos y ensayar tonalidades. Estimo que durante este mes y medio mi diccionario se va a ampliar un montón, qué copado.



(‎6 ‎de ‎enero ‎de ‎2016, ‏‎6:20:22 p. m. - La primer caipi y, encima, compartida. Qué placerrrrrrrr)
(Desde este día me di cuenta de que estaba rodeada de gente ESPECIAL, y que el viaje sin lugar a dudas no sería el mismo sin ellos)

Momento 3: contacto ambiental. ¿Qué gusto tiene la sal? Zambullirme en olas de un país extraño, que vicio de los dioses. El cuerpito deberá acostumbrarse a esta temperatura y a que el agua del mar es mucho más inquieta que la correntada del río de Los Aromos. La arena se creó para meterse en los lugares más recónditos del ser y explorar minoridades. Mi pelo de por sí es espantoso, supongo que no me va a molestar ser mi personaje favorito de Harry Potter durante el tiempo que me quede aquí, a lo mejor con el paso del tiempo hasta mi cara se transforma en la de Emma Watson (tan sólo un sueño). La isla tiene un olor particular que aparece de a momentos y hasta el día de hoy no he logrado darle algún tipo de concreción… Quizás sea un enigma que me persiga de por vida. (Y que me haga volver mil veces para ver si puedo solucionarlo)







Momento 4: descubrimiento personal interesante: el sentido de la ubicación con el que cuento está muy bueno. Mi mente funciona para imaginarse mapas y poder trazar recorridos, capaz que si estudio un poco más el sistema de transporte de la isla pueda ir por todos lados y contar con la seguridad de que voy a saber volver. De yapa investigo cuáles son las cosas más lindas para priorizar… Puedo preguntarles a mis nuevos compañeros si se prenden en esta aventura de conocer todas las playas, de punta a punta.


(El mapa en mi habitación. Iba marcando con distintos colores todos los lugares que visitamos en el mes y medio de estadía en la isla. Cumplí el objetivo de ir a la primer playa del norte y la última del sur)

Pintó jugar a ser Dora la Exploradora

Momento 5: el sentido de responsabilidad. Arrancamos nuestro propósito principal del viaje y el que nos cambio la vida: el voluntariado. En nuestro primer día de trabajo, nos encontramos todos en la estación de urbanos porque el lugar donde íbamos quedaba a varios minutos de recorrido. A partir de este momento empezó a funcionar lo que nos acompañó durante todo el viaje y denominamos como “Magia Da Ilha” (magia de la isla), que hizo que varios no nos perdamos al salir de nuestras casas y lleguemos bien a destino. Una vez que estuvimos todos, partimos con un poco de nervios y ansiedad, todo mezclado. Punto de llegada: CEDEP. Conocemos a los chicos que están desde diciembre y que luego se transformarían en compañeros y amigos para toda la vida. Desde el primer momento nos produjo un enamoramiento total.

(Primer plano de Felipe, uno de los tantos bombonazos de CEDEP)



(Las chicas nos cuentan que uno de los pasatiempos favoritos de los chicos es el FUNKY. Escuchar funky, cantar funky, BAILAR FUNKY. Si pudieran, tooooooodo el día. Nos prendimos a experimentar, pero al toque nos dimos cuenta de que el baile está en sus venas y jamás podríamos movernos como ellos) 

(Arriba funky, abajo vóley, afuera skate… A gastar energías!!!)

(Yazmin. El personaje más personaje de todos. Se supone que yo era “la nueva”, pero sí de dar amor se trata, estos enanos no tenían filtro)

Carnaval y fiesta de disfraces

(Con Ana Clara tuve una relación muy especial. Cada vez que la veía me daba cuenta de que era un ser mágico)

Momento 6: Rayuela es un hermoso compañero de viajes en urbano. Cortázar me regaló un poco de Argentina mientras estaba tan lejos y transformó a la Maga en heroína. Los 40 minutos de ida y los 40 minutos de vuelta a CEDEP eran un viaje cósmico de tirar la piedrita y saltar en una pata hasta llegar al cielo de Julio. Pero también me atreví a leer en portugués, ya que estaba…

(En una librería del Iguatemí. Me pasé varias horas...)



Momento 7: mi familia está lejos pero puedo tener algo muuuuy similar aquí, en este lugar. Esta casa tiene magia, y Fernande es el rey!

La mágica

Fer


Brutus. Mi perro. El que nos cuidaba siempre.

Familia
Mi hermana Leo

Cenando con una familia Rusa que pasó por casa unos días 
Leo preparando caipis. Eran las mejores!



Sebas y Vicky. Nuestros mejores amigos de la casa

Jessica y Thiago, nuestros vecinos! Más buena onda imposible. Papás de Augusto

La familia completa. Leo, Fer, Ro, Majo; de izquierda a derecha

En el cumple de Fer con: TODOS!

Con Johana y Santiago, otros pasajeros de la casa


Todas nuestras cenas en la galería
Amigas Uruguayas

La bella Caro también fue nuestra compañera de casa por un tiempo
La bici-moto de Lucas
Tarde de lluvia
Momento 8: Natureza. Ohhhhhhh natureza! Trilhas = caminatas, Hicimos tooooodas las que pudimos. Conocimos lugares alucinantes. Hice buceo! Me enamoré una y mil veces.




















(ESTIMADO LECTOR: ESTA ENTRADA NO TIENE FIN PORQUE LA ESCRIBÍ HACE MUCHO Y NUNCA LA TERMINÉ PERO ELIJO SUBIRLA PORQUE ME SACÓ MIL SONRISAS)