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jueves, 19 de febrero de 2015

Un flechazo

Mientras analizaba el Manuscrito K del psicoanalista más conocido del mundo entero, una sartada (lo busqué en google porque el corrector me lo marca, y parece que no existe tal palabra, pero yo la he oído varias veces y me gusta utilizarla como sinónimo de "un montonazo") de ideas empezaron a aflorar en mi mente, que como varias veces lo he dicho, es un tanto enquilombada. La rebelde es mi inspiración. Como ejemplo acá lo tenes, decime si no te suena a actitud ultrarebel esa de andar escapando de tus quehaceres y responsabilidades porque te haces la loca y preferis salir con tus amigas, mirar una peli, dormir un rato la siesta. No me resulta casual el hecho de que siempre que tengo algo que hacer (en mi caso particular, la responsabilidad mas grande en este momento es estudiar), un montón de cosas se me ocurran para escribir, lo que sería para mí una actividad que me gusta mucho pero al mismo tiempo tanto me cuesta. Es decir, lo que me cuesta es conseguir ideas. O poder acomodarlas. Capaz están todo el tiempo dando vueltas, "pero no puedo enlazar mis ideas. Mis pensamientos son estrellas con las que no puedo formar constelaciones"(Te invito a que hagas click, el enlace conduce al dueño de esta frase que tengo el honor de citar)
(¿Hiciste click? ¿Estas respirando? Sé que es difícil. Te entiendo. La persona que encarnó al personaje de Augustus Waters nació siendo sexsymbol)
En fin. Lo que me llevó a venir hasta el escritorio y sentarme a escribir estas cosas es la gran duda de por qué las buenas ideas suelen aparecerte en momentos donde necesitas la concentración para otra cosa, siempre más importante. ¿Es que el sentimiento de culpa por dejar todo por un momento es el motor más intenso de mi inspiración? ¿Será que, como escribir es algo que me gusta y siempre me hace bien, lo tomo como una excusa por demás entendible para demorar el tiempo de responsabilidad estudiantil?
Hipótesis tengo un montón. Y probables explicaciones científicas, también. Pero le soy fiel a mi mantra querido, que dice que cuando las ideas se acumulan y disparan hacia tu corazón... hay que escribir. Mientras seguía intentando apuntar mi concentración hacia las histerias y neurosis obsesivas del señor Sigmund Freud, Katniss Everdeen me disparaba diez mil flechas al corazón y mi cara cada vez se contentaba más. ¡Al fin, hermana! ¡Esta oportunidad es única!
Y acá estoy.
En uno de mis espacios favoritos del mundo.
Regalando mi *suena la 5ta sinfonía de Beethoven* preciaaaado tiempo de estudio.
Escribiendo un poco de sinsentidos, para mi, para vos, para todos.

Au revoir

miércoles, 18 de febrero de 2015

(3) Ondeando

Los cambios repercuten como cuando cae una piedra al agua y provoca ondas, que se expanden y llegan hasta las orillas y hacen que los granitos de arena que estaban secos, se mojen.

De esperar a que algo te pase a querer que algo te pase hay una distancia enorme.
Si estás esperando, el tiempo pasa a ser de lo mas inestable posible. ¿Cómo haces para saber si mañana va a ser el día, o capaz falte un poquito más, como una semana, un mes, varios años? Por ahí hasta terminas cambiando todo lo que se refería a aquello que estabas esperando. Algo hiciste, algo cambiaste, pero no justamente lo que querías.
Si hoy decidís hacer algo para acercarte un poquito más, el tiempo en partes pasa a pertenecerte a vos. Podes acomodarlo, podes extenderlo o acortarlo; según como más te guste, como más quieras que transcurra. Nunca vas a dejar de depender de lo que rodea y en cierta forma manipula a ese tiempo, pero seguramente en algo vas a influir.

Las cosas no cambian, y estas paradito, esperando.
Pero espera, campeón. Paciencia. Ya van a venir tiempos mejores.

Es totalmente innegable que existen cosas que por más que hagas todo lo que puedas para que cambien van a tardar más, o van a seguir así, tal cual como las ves en este momento y tal cual como te molesta que sean, como las odies, como sientas que a todo momento te están perturbando/obstruyendo/incomodando. Ahí puede que la frase del párrafo anterior entre un poco en juego: "Paciencia. Ya van a venir tiempos mejores".
Pero si te rompe en demasía las pelotas tener que andar pacienzudo en esta vida, dale, ponete las pilas, pegale una cachetada el tiempo estúpido que te controla la existencia y controlalo vos, anda a buscar esos tiempos mejores vos, proponete hacer algo distinto todos los días vos, tira una piedra al agua, o más vale muchas, para que las ondas sean cada vez más grandes y lleguen más rápido y con más longitud para mojar esos granitos de arena secos que taaaaaanto te aburren.